"Dado que la cooperación guarda relación con el conflicto, los procedimientos y las técnicas requeridas para manejar los conflictos de manera constructiva son especialmente importantes para el buen funcionamiento de los grupos de aprendizaje"
(Los Johnson)
No importa si la clase está estructurada cooperativamente de manera vaga o precisa, el docente siempre tendrá que controlar la interacción de sus alumnos en los grupos e intervenir para ayudarlos a aprender y a interactuar con mayor destreza.
Lenguaje cooperativo: Al controlar el trabajo de los equipos, los docentes pueden necesitar aclarar instrucciones, revisar procedimientos y estrategias importantes para la tarea, responder preguntas y enseñar habilidades. Al discutir los conceptos y la información que se debe aprender, los docentes deben usar lenguaje o términos pertinentes para el aprendizaje. En lugar de decir “Sí, está bien”, deben decir algo más específico con respecto a la tarea, como, por ejemplo: “Sí, ésa es una forma de hallar la idea principal de un texto”. El uso de frases concretas refuerza el aprendizaje deseado y fomenta la transferencia positiva, al ayudar a los alumnos a asociar un término con su aprendizaje.
Una forma de intervención del docente puede consistir en entrevistar a un grupo cooperativo preguntándole: “¿Qué están haciendo?”, “¿Por qué lo hacen?”, “¿En qué los ayudará?”.
Enseñar habilidades sociales: Mientras controlan el aprendizaje de los grupos, los docentes pueden percibir que algunos estudiantes carecen de las habilidades sociales necesarias para ser integrantes eficaces de su grupo. En esos casos, los docentes tienen que intervenir y sugerir al grupo procedimientos más efectivos para trabajar juntos y habilidades sociales concretas que les conviene usar. Los docentes también pueden intervenir para reforzar ciertas conductas particularmente beneficiosas que perciban en el grupo.
Intervenir lo estrictamente necesario. La mayoría de los docentes está lista para irrumpir y resolver los problemas de sus alumnos y ponerlos nuevamente en la senda correcta; pero, con un poco de paciencia, se podrá comprobar que los grupos cooperativos a menudo pueden elaborar soluciones para sus propios problemas (tarea y mantenimiento) y no sólo llegar a una solución, sino también a un método para resolver problemas similares en el futuro. Parte del arte de la enseñanza consiste en saber elegir cuándo intervenir y cuándo no hacerlo. Y aun cuando decidan intervenir, los docentes pueden devolver el problema al grupo para que éste llegue a la solución por sí mismo. Muchos docentes intervienen en un grupo de la siguiente forma: hacen que sus integrantes dejen a un lado la tarea, señalan el problema y luego le piden al grupo que cree tres soluciones posibles y decida cuál probar en primera instancia.